En mi visita a la Isla de Margarita tenía como destino predeterminado conocer el Restaurant Juana La Loca, la cantidad de referencias y menciones de ese sitio ya no me permitían volver a La Isla sin ir a conocerlo.
A la hora del primer almuerzo desde mi llegada me dirigí directamente a Pampatar, capital del Municipio Maneiro, una maravillosa zona bendecida por su ubicación, su historia y por recientes incentivos para el desarrollo gastronómico además del rescate del patrimonio histórico de espacios públicos. Ahi mismo en la calle José María Vargas (Continuación de la calle Maneiro), a pocos metros de la Playa Pampatar se encuentra el Restaurant Juana La Loca en las instalaciones del Hotel Isabel La Católica. (Aquí la ubicación en el mapa https://goo.gl/maps/1XkxreUNays)
Se trata de una mezcla ecléctica de una edificación colonial con estilo contemporáneo. Altos y gruesos muros, grandes ventanales, patio interno, elementos de la tradicional Casona venezolana presentes en combinación con elementos de líneas simples y diseño limpio de estilo contemporáneo.
El Balance de estilos, la decoración llena de elementos que no llegan a sobrecargar el espacio, el manejo perfecto de la luz natural con apoyos puntuales en la luz artificial combinados con el uso de colores y texturas hacen de este espacio un lugar con mucha personalidad.
Para completar mi experiencia me dispuse a ordenar mi plato, aun cuando la carta está hecha con una variedad de platos irresistibles en su descripción no me fue difícil escoger entre mi plato favorito y los frutos locales, así que ordené Pasta Marinera. Debo decir que me sorprendió la presentación, fue un poco más rudimentaria de lo que me esperaba pero lo que más me sorprendió fue la cantidad servida, la comida de en este tipo de restaurantes no suele ser abundante. La pasta, su salsa y los frutos del mar fueron una exquisitez, al dente, tomates perfectamente cocidos, especias en equilibrio, la verdad maravilloso.
Como amante de los postres, no podía irme sin probar alguno, para este caso acepté la sugerencia de la casa y me sirvieron este sorbete de mantecado y coco sobre una piedra pizarra con baño de chocolate. Esto no fue perfecto en si mismo, pero además cumplió de manera perfecta su como cierre de los sabores del plato principal.
En general la experiencia fue inigualable, la belleza del entorno, lo bien resuelto del espacio y su decoración, la atención del personal fue increíble y bueno, la increíble comida.
Ya puedo decir que visité Juana La Loca, pero debo agregar que será un destino fijo en cada una de mis visitas a la Perla del Caribe. No solo sentí el placer de la experiencia sino el regocijo de saber que existe un establecimiento de tal calidad que junto a tantos otros elevan el nombre de mi país.